C´est toi, le voleur qui me prive de mes rêves chaque nuit
C´est la nuit, le témoin muet des larmes que je te dédie
C´est la tristesse, l´amie éternelle qui ne me quitte pas, qui m´acompagne
pendant mes jours obscurs, sans espoir, sans fin
C´est ici, où je t´avais préparé ton éternel abri
C´est là, où toi, sans m´avoir regardée, tu t´es enfui
C´est moi, qui ai dessiné la paysage de ton corps dans le plus profond de mon
coeur, de ma fantasie…
Je me souviens encore de ces nuits interminables où je dansais dans tes bras,
dans les bras de la musique
Je me souviens encore de la douceur de tes bisous, de tes lèvres, leur lyrique
Je n´ai pas besoin de mots pour te dire ‘je t´aime’, pour sembler romantique
Les mots se sont envolés avec le vent, mais cet amour restera dans mon coeur
pour la vie…
Escribiendo un sueño.
domingo, 22 de abril de 2012
lunes, 16 de abril de 2012
Hace tanto tiempo...
Hace un año que has apartado tu mirada cruel de mi camino,
hace 365 días que no me dedicas esas tus palabras tan desnudas de cariño
hace 8760 horas que no me recuerdas de mi vida el absurdo, el sinsentido
hace toda una vida que te extraño, que te anhelo, como a su madre un niño.
Se apagará tu vida, madre, sin haberme conocido
se apagará la mía, sin haberte conseguido.
Y, a pesar de ello, seguiré buscándote, no hay lucha más perdida que la del que, sin luchar, se da por vencido
seguiré buscando mi hogar, mi morada, mi destino
Y, a pesar de todo, seguiré aquí, esperando tan sólo de tu corazón un guiño
seguiré esperando ser de ti, o de ella, de alguien, de un origen, de un destino.
Se apagará tu vida, madre, sin haberme conocido
se apagará la mía, sin haberte conseguido.
Tengo un mundo que decirte, y tan poco que contarte
tanto amor que se ha quedado, marchito, atrás, y tanta ternura que entregarte
te veo en el rostro de tantas, y te encuentro en tan pocas partes
te busco tanto en mis sueños, y te pierdo tantas veces al despertarme.
Se apagará tu vida sin haberme conocido,
se apagará la mía sin haberte conseguido, madre.
hace 365 días que no me dedicas esas tus palabras tan desnudas de cariño
hace 8760 horas que no me recuerdas de mi vida el absurdo, el sinsentido
hace toda una vida que te extraño, que te anhelo, como a su madre un niño.
Se apagará tu vida, madre, sin haberme conocido
se apagará la mía, sin haberte conseguido.
Y, a pesar de ello, seguiré buscándote, no hay lucha más perdida que la del que, sin luchar, se da por vencido
seguiré buscando mi hogar, mi morada, mi destino
Y, a pesar de todo, seguiré aquí, esperando tan sólo de tu corazón un guiño
seguiré esperando ser de ti, o de ella, de alguien, de un origen, de un destino.
Se apagará tu vida, madre, sin haberme conocido
se apagará la mía, sin haberte conseguido.
Tengo un mundo que decirte, y tan poco que contarte
tanto amor que se ha quedado, marchito, atrás, y tanta ternura que entregarte
te veo en el rostro de tantas, y te encuentro en tan pocas partes
te busco tanto en mis sueños, y te pierdo tantas veces al despertarme.
Se apagará tu vida sin haberme conocido,
se apagará la mía sin haberte conseguido, madre.
jueves, 15 de diciembre de 2011
Navidad
Querido nadie:
Tengo miedo de que dentro de unos días, el 24 de diciembre, mientras renace el hijo de Dios, se muera el pedacito de mí que todavía te recuerda. No tengo alas de cobre como los ángeles, pero mi corazón vuela, cuando, al recordarte, una lágrima se desliza por mi rostro, transparente, eterna.
Por favor, júrame que no me has olvidado porque este amor que me ha quemado por dentro, este alma que se ha quedado vacía, estos ojos que se turbaban cuando te veían, estos labios que se volvían torpes cuando nos mirábamos, te echan de menos.
¿Qué es Navidad? Alegría, ilusión, tristeza o tormento; Navidad es mi corazón que te anhela; Navidad es un sueño que se interrumpe por el recuerdo de la soledad que me acecha; Navidad es la llama que se enciende en mi cuerpo con tu recuerdo; Navidad es un niño que llora su venida al mundo y unos campesinos que se dirigen a él guiados por una estrella; Navidad eres tú, ¿y sabes por qué? porque tú eres mi estrella.
Alguien
jueves, 14 de julio de 2011
Ella
Su rostro era lánguido, triste, bello...Podía su mirada transportarte al mágico mundo de los sueños, su expresión convertirte en cómplice secreto de sus anhelos, su sonrisa, quizás engañarte, porque su sonrisa era un espejismo, y en su dolor, del azabache de sus ojos, firme aliada.
Su cuerpo era frágil y, a la vez, un muro infranqueable de tristeza, amor y desengaño. Las sinuosas curvas de su perfección invitaban a la pasión, a la lujuria pero, sin duda, ésta había provocado que más de una lágrima se deslizara por su pálido rostro ¿o quizás el culpable había sido el loco amor que no conoce mesura, ni límite y nubla el entendimiento y la razón?
Me gustaba la belleza de sus largos cabellos oscuros, ensortijados, firmes lianas que no sostenían esperanza sino sueños rotos y quizás también algún miedo, y la derrota conseguida en alguna batalla.
Todo junto y, a la vez, formaba un aquél maravilloso, delicado y, sobre todo, bello. No invitaba su languidez al desasosiego sino a abrir los brazos para abrazar a la vida; a abrir el corazón para, al mismo tiempo, encerrar en él dulcemente al ser amado; a abrir los ojos para descubrir que todas las cosas, aunque no lo parezcan, en el fondo tienen su magia, su encanto.
Así te imaginaba y,aunque no seas cierta, seguirás viviendo tan bella, tan buena, en lo más profundo de mi alma
Su cuerpo era frágil y, a la vez, un muro infranqueable de tristeza, amor y desengaño. Las sinuosas curvas de su perfección invitaban a la pasión, a la lujuria pero, sin duda, ésta había provocado que más de una lágrima se deslizara por su pálido rostro ¿o quizás el culpable había sido el loco amor que no conoce mesura, ni límite y nubla el entendimiento y la razón?
Me gustaba la belleza de sus largos cabellos oscuros, ensortijados, firmes lianas que no sostenían esperanza sino sueños rotos y quizás también algún miedo, y la derrota conseguida en alguna batalla.
Todo junto y, a la vez, formaba un aquél maravilloso, delicado y, sobre todo, bello. No invitaba su languidez al desasosiego sino a abrir los brazos para abrazar a la vida; a abrir el corazón para, al mismo tiempo, encerrar en él dulcemente al ser amado; a abrir los ojos para descubrir que todas las cosas, aunque no lo parezcan, en el fondo tienen su magia, su encanto.
Así te imaginaba y,aunque no seas cierta, seguirás viviendo tan bella, tan buena, en lo más profundo de mi alma
jueves, 3 de marzo de 2011
Querido tú
Me equivocaba al pensar que lo que había pasado entre nosotros ya no formaba parte de la complejidad de mi mente. Creía haberme acostumbrado a la soledad de noches eternas, a afrontar el mañana incierto sin la seguridad de tus palabras acariciando mi alma, a la frialdad que tu ausencia, que tu indiferencia, había dejado en mi alma...y en mi cama.
Regalaste a mi mano una pluma encantada, diste alas a mi imaginación; convertiste mis sueños, mis deseos, mis pasiones, mis temores, en palabras. Me convertiste en lo que soy ahora, constructora de sueños, amiga del que sonríe y consuelo del que llora, o, como tú un día confesaste a mis oídos, soberbia escritora.
Vuelvo a ti como antes, desnuda de grandeza y vestida de esperanza. Vuelvo a ti, yo que fui de tu obra su musa, yo que me entregué a ti con mi alma desnuda, yo, que ante el encanto de tus palabras, permanecía en la cárcel de mi interior, muda.
Necesito que me confieses qué fue lo que te apartó de mí, necesito que traiciones a esa parte egoísta del hombre que llevas dentro. Necesito saber qué pasa en el interior de un hombre cuando ya el fuego de la pasión se apaga, y , por qué, sin más huye, cuando cegada por el amor, extiendes los brazos para entregarle tu alma. Dime, ¿comparten vuestros labios el dulce sabor de la mentira o es que la verdad, sin más, calla? ¿dura más el candor de un capricho que del amor su llama? ¿no es capaz de acompañar al suave latir de un corazón, la delicadeza de una lágrima?.
Vuelvo a ti, maestro, para que me ayudes a que mi obra cobre vida; vuelvo a ti, amigo, para que me extiendas tu mano ahora que estoy perdida; vuelvo a ti, profesor, para que compartas conmigo un pedacito de sabiduría; vuelvo a ti, amante, porque robaste de mis labios algo más que poesía.
Regalaste a mi mano una pluma encantada, diste alas a mi imaginación; convertiste mis sueños, mis deseos, mis pasiones, mis temores, en palabras. Me convertiste en lo que soy ahora, constructora de sueños, amiga del que sonríe y consuelo del que llora, o, como tú un día confesaste a mis oídos, soberbia escritora.
Vuelvo a ti como antes, desnuda de grandeza y vestida de esperanza. Vuelvo a ti, yo que fui de tu obra su musa, yo que me entregué a ti con mi alma desnuda, yo, que ante el encanto de tus palabras, permanecía en la cárcel de mi interior, muda.
Necesito que me confieses qué fue lo que te apartó de mí, necesito que traiciones a esa parte egoísta del hombre que llevas dentro. Necesito saber qué pasa en el interior de un hombre cuando ya el fuego de la pasión se apaga, y , por qué, sin más huye, cuando cegada por el amor, extiendes los brazos para entregarle tu alma. Dime, ¿comparten vuestros labios el dulce sabor de la mentira o es que la verdad, sin más, calla? ¿dura más el candor de un capricho que del amor su llama? ¿no es capaz de acompañar al suave latir de un corazón, la delicadeza de una lágrima?.
Vuelvo a ti, maestro, para que me ayudes a que mi obra cobre vida; vuelvo a ti, amigo, para que me extiendas tu mano ahora que estoy perdida; vuelvo a ti, profesor, para que compartas conmigo un pedacito de sabiduría; vuelvo a ti, amante, porque robaste de mis labios algo más que poesía.
domingo, 13 de febrero de 2011
Bella desconocida
Te vi por primera vez una noche de invierno. Al contemplar tu rostro creí ver un ángel y, desde ese momento, comenzó mi propio infierno. Mi corazón se derritió entre las llamas de un amor tan fuerte, tan intenso...
Te convertiste en diana de mis ojos aquella noche y lo seguiste siendo cada día, cada noche, cuando tu imagen se dibujaba en mi mente y mi corazón se encogía al no saber cómo buscarte, ni dónde.
Tu mirada inquieta se posó varias veces en mi cuerpo que ya era tuyo. Respiré profundamente, y tu presencia se precipitó en una carrera vertiginosa a través de mis venas. Destruyó tu presencia con su carrera mi soledad, mi hastío, mis penas, y abracé, amada, de esta pasión su dulce condena. Me hubiera gustado renunciar a mi libertad para fundirme en la cárcel de tus brazos aquella noche, y no tener que soportar ahora, que ya eres yo mismo, tu ausencia y el dolor que me causa la impaciencia, la espera...
¿Dónde estás ahora que te busco? ¿Besa cada día mi recuerdo tu despertar? ¿Es la llama de mi amor la que ilumina tu sueño cuando ya las estrellas cortejan a la luna, y tu alma y la mía, al emprender el vuelo, se acercan tanto que ya no son dos, sino una?
Comencé a vivir cuando te vi por primera vez aquella noche; te hice el amor mientras me dejaba arrastrar por el dulce encanto de la fantasía aquella noche; me ahogué en la profundidad del azabache de tus ojos aquella noche; y nací entonces, a una vida, donde tú guiaste mis pasos inseguros y torpes, sin saber quién eras tú, sin saber, ni siquiera tu nombre.
Me asusta decir que te amo, porque también a ti, temo asustarte; porque no sé si algún día leerás estas palabras, porque no sé si algún día, bella desconocida, mecido por las alas del destino, lograré encontrarte.
Te convertiste en diana de mis ojos aquella noche y lo seguiste siendo cada día, cada noche, cuando tu imagen se dibujaba en mi mente y mi corazón se encogía al no saber cómo buscarte, ni dónde.
Tu mirada inquieta se posó varias veces en mi cuerpo que ya era tuyo. Respiré profundamente, y tu presencia se precipitó en una carrera vertiginosa a través de mis venas. Destruyó tu presencia con su carrera mi soledad, mi hastío, mis penas, y abracé, amada, de esta pasión su dulce condena. Me hubiera gustado renunciar a mi libertad para fundirme en la cárcel de tus brazos aquella noche, y no tener que soportar ahora, que ya eres yo mismo, tu ausencia y el dolor que me causa la impaciencia, la espera...
¿Dónde estás ahora que te busco? ¿Besa cada día mi recuerdo tu despertar? ¿Es la llama de mi amor la que ilumina tu sueño cuando ya las estrellas cortejan a la luna, y tu alma y la mía, al emprender el vuelo, se acercan tanto que ya no son dos, sino una?
Comencé a vivir cuando te vi por primera vez aquella noche; te hice el amor mientras me dejaba arrastrar por el dulce encanto de la fantasía aquella noche; me ahogué en la profundidad del azabache de tus ojos aquella noche; y nací entonces, a una vida, donde tú guiaste mis pasos inseguros y torpes, sin saber quién eras tú, sin saber, ni siquiera tu nombre.
Me asusta decir que te amo, porque también a ti, temo asustarte; porque no sé si algún día leerás estas palabras, porque no sé si algún día, bella desconocida, mecido por las alas del destino, lograré encontrarte.
miércoles, 26 de enero de 2011
Un pedacito de historia
Vino al mundo acunada por los brazos de una mentira. Nació desnuda de esperanza y vestida de lágrimas, de ira. Su carita de ángel y sus manos diminutas no lograron retener el amor de la que había compartido con ella aquellos largos minutos del parto y nueve meses de engaño, y con la que ahora compartía un bello rostro, un corazón vacío, una desatada pasión y quizás también, la sabiduría que te regala la vida con el paso del tiempo, de los años.
Fue princesa de su propio reino en su infancia, y reina de los corazones de aquéllos que en un día cualquiera de junio, o de mayo, recibieron el título de padres y un bebé que, sin ser hermoso, era capaz de hablar con la mirada y mentir sin necesidad de palabras.
Creció enamorada de la poesía, de la música, de la vida y, sin darse cuenta, se convirtió en mujer y entregó su corazón de niña a aquél que había de convertirse en huésped eterno de su alma, en ladrón de su inocencia, en alboroto de su calma.
Fue ella quien me enseñó a soñar, a rendirme a la pasión, a amar; fue ella quien, una noche, cuando no era yo mismo sino príncipe del castillo de mi deseos, cogió de la mano a mi alma y le enseñó que no vive aquél que respira, corre, habla...sino quien con su corazón, con su cuerpo y con su alma, sobre todo, AMA
Fue princesa de su propio reino en su infancia, y reina de los corazones de aquéllos que en un día cualquiera de junio, o de mayo, recibieron el título de padres y un bebé que, sin ser hermoso, era capaz de hablar con la mirada y mentir sin necesidad de palabras.
Creció enamorada de la poesía, de la música, de la vida y, sin darse cuenta, se convirtió en mujer y entregó su corazón de niña a aquél que había de convertirse en huésped eterno de su alma, en ladrón de su inocencia, en alboroto de su calma.
Fue ella quien me enseñó a soñar, a rendirme a la pasión, a amar; fue ella quien, una noche, cuando no era yo mismo sino príncipe del castillo de mi deseos, cogió de la mano a mi alma y le enseñó que no vive aquél que respira, corre, habla...sino quien con su corazón, con su cuerpo y con su alma, sobre todo, AMA
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)